¡Ponte traje!: La importancia de las apariencias

Ante una entrevista de trabajo o una cita todos nos ponemos nuestras mejores galas para causar una buena primera impresión, pero ¿afecta realmente al juicio de la otra persona?

 

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David Fernández

Si alguno de vosotros es aficionado a las comedias de la televisión estadounidense puede que le suene la serie "Cómo conocí a vuestra madre".

Uno de sus personajes principales es Barney Stinson, un incorregible ligón que tiene una particular obsesión: siempre lleva traje. Para él es imprescindible ir bien vestido en cualquier circunstancia, hasta tal punto que incluso duerme con una versión de pijama-traje.

Sus amigos en la serie le toman el pelo, pero él siempre dice que siempre debes ofrecer la mejor apariencia que puedas porque nunca sabes en que situación te verás envuelto.

 

 

 

Lo que parecía una simple broma escrita por unos guionistas para dar algo más de personalidad a un personaje de ficción ha demostrado tener gran parte de razón a raíz de un experimento social llevado a cabo por 'Forbes' en la República Checa.

 

Pongámonos en situación: estamos en una concurrida plaza de Praga, hay gente paseando, turistas haciéndose fotos, gente sentada en las terrazas de las cafeterías. De repente un hombre, con vaqueros, camiseta y aspecto descuidado se lleva la mano al pecho, se tambalea y cae al suelo. Agonizando, con un hilo de voz y muestras de dolor en su voz pide auxilio a los viandantes que pasan a su lado. Nadie parece reparar en él, pasan a su lado y continúan su camino. Algunos incluso permanecen sentados cerca de él como si no pasase nada.

En una segunda situación, misma plaza concurrida de Praga, también hay gente paseando, turistas haciéndose fotos, gente sentada en las terrazas de las cafeterías. De repente el mismo hombre, esta vez impecablemente vestido con traje y corbata y un aspecto pulcro también se lleva la mano al pecho, se tambalea y cae al suelo. De nuevo, agonizando, con un hilo de voz y muestras de dolor en su voz pide auxilio a los viandantes que pasan a su lado.

Prácticamente no necesita decir nada, porque rápidamente se le acercan varias personas para ver que le sucede y socorrerle, en 15 segundos le rodean 8 personas para interesarse por él e incluso le acercan una silla de una terraza cercana para que pueda descansar cómodamente.

La única diferencia entre la primera situación y la segunda es la ropa de la persona que sufre el desvanecimiento. ¿Por qué entonces está diferencias en el comportamiento de las personas?

El Dr. Martin Pastrnak, uno de los psicólogos responsables del estudio explica que en caso de emergencia, la mayor parte de la gente se debate entre el impulso y el hecho de que sienten la necesidad de ayudar, pero que observan que nadie más parece involucrarse, así que ignoran también el problema.

La indumentaria de la persona a socorrer es un detalle que puede hacer que la gente atraviese esa barrera mental y se acerque, y una vez alguien ha mostrado interés por él, al resto de personas que le rodean, les es más sencillo acercarse.

Así que por lo que parece, ir bien vestido, no solo puede hacer tu vida más sencilla, por ejemplo, en una entrevista de trabajo, sino que puede salvarte la vida.

¡Ponte traje!

 

 

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