La felicidad es una destreza que se puede aprender

"No basta con saber lo que hay que hacer y tener buenas intenciones de hacerlo. Es necesario entrenarnos para tener éxito"

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Nuria Fernández López

Avanzando un poco más en el post de la semana pasada incrementar nuestro nivel de bienestar está en nuestras manos. Es cuestión de tomar la decisión de llevar a cabo las acciones necesarias para conseguirlo. Aunque pueda sonar un poco extraño, incrementar nuestro nivel de bienestar es al fin y al cabo una destreza más que se puede conseguir con práctica y tiempo,  como otras muchas. Incrementar nuestro nivel de  bienestar es una destreza que va dirigida  a controlar nuestros pensamientos, emociones y comportamientos.

Y como dicen los que saben verdaderamente de esto, en cualquier entrenamiento, lo que suele estar detrás del resultado y lo que de verdad cuenta  para el éxito es el hábito generado con la práctica repetida y progresiva y no la autodisciplina.

En muchas ocasiones nos habremos sorprendido a nosotros mismos pensando que es nuestra falta de autodisciplina la que nos ha llevado al fracaso en alguno de nuestros propósitos. Sin embargo en términos generales, al parecer no es adecuado depender de la fuerza de voluntad como estrategia para conseguir un cambio.  La autodisciplina en contra de lo que muchos podemos pensar, está en parte determinada genéticamente por lo que todos venimos con  nuestro nivel de autodisciplina de serie. Sin embargo,  este hecho no cambia en absoluto nuestra capacidad de mejora y cambio, simplemente nos indica que hay que poner en foco en otro lugar.

En lugar de autodisciplina,  lo que necesitamos es introducir lo que se denominan "rituales positivos". Un ritual positivo no es otra cosa que un comportamiento  que se realiza con una periodicidad específica y que se vuelve automático con el paso del tiempo",  vamos lo que en lenguaje más coloquial puede asimilarse a generar un "hábito".

 

Ya en siglo XIX  Willian James (fundador de la psicología funcional) afirmaba que si nos comportamos de una forma específica, sentiremos emociones específicas relacionadas con dicho comportamiento e incluso nuestras respuestas fisiológicas estarán también acordes a dicho comportamiento. En definitiva lo que viene a decir es que mente y cuerpo son una unidad, y que tanto mente como cuerpo pueden provocar una respuesta que repercute  en ambos.

Por tanto, y atendiendo a este nivel de conexión mente-cuerpo, para aumentar nuestro nivel de satisfacción y bienestar, debemos actuar como personas satisfechas y felices.

Si se toma la decisión de aumentar el nivel de bienestar o satisfacción, y ponemos en énfasis en que se trata de una decisión,  debemos, por tanto,  tener en cuenta que se requiere esfuerzo, compromiso y constancia, ya que fundamentalmente se trata de aprender a controlar nuestros pensamientos, emociones y comportamientos a través de actividades y acciones que contribuyan de forma significativa a incrementar ese nivel de bienestar.

La investigadora Sonja Lyubonmirsky  ha identificado 12 estrategias que contribuyen a elevar el grado de bienestar de ser humano.

  1. Expresar gratitud
  2. Cultivar el optimismo
  3. Evitar rumiaciones y comparaciones sociales
  4. Llevar a cabo actos de bondad y generosidad
  5. Cultivas relaciones estimulantes.
  6. Desarrollar estrategias de superación
  7. Perdonar
  8. Llevar a cabo más actividades que verdaderamente nos impliquen
  9. Saborear las alegrías de la vida
  10. Comprometernos con nuestras metas
  11. Practicar religiosidad o espiritualidad
  12. Cuidar el cuerpo


Obvio, que cada uno pondrá o quitará cosas según sus propias necesidades, deseos e intereses.

 

 

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