La sociedad de la auto explotación.

Vivimos en la sociedad de la auto explotación motivado por la ilusoria sensación de que podemos con todo.

Bookmark and Share

Nuria Fernández López

El filósofo Byung-Chul Han autor de "La sociedad del cansancio" afirma que el individuo ha sobrevenido en un individuo "del rendimiento", y advierte de los peligros que supone vivir bajo el culto de la producción y el rendimiento.

Esta idea del rendimiento al extremo desemboca en otra que es común denominador al final del día: un cansancio casi endémico. Cansancio que se deriva de la sensación y la creencia autoimpuesta de poder con todo o deber poder con todo.

Bajo la premisa de esta idea, uno acaba siendo víctima de auto explotación, en un estado de constante demanda, exigiéndonos cada vez más, donde nada es suficiente.

"El exceso de trabajo y rendimiento se agudiza y se convierte en auto explotación. Esta es mucho más eficaz que la explotación por otros, pues va acompañada de un sentimiento de libertad. El explotador es al mismo tiempo el explotado." (Byung-Chul Han)

La creencia de que somos capaces de todo nos empuja a vivir con la idea de dar respuesta a una elevada cantidad de estímulos. La prioridad es estar activo, atender diversos frentes a la vez y llegar a lo más alto.

Este estado de alerta, de actividad continuada, multitareas, autoexigencias y obligación de maximizar el rendimiento no nos sale gratis. Ya hemos comentado no pocas veces sus consecuencias: déficit y dispersión de la atención, ideas recurrentes, frustración, ansiedad, estrés, hiperactividad, burnout, problemas de salud diversos, etc.

Aunque la mayoría estamos metidos en el mismo saco, dejándonos arrastrar por la inercia, igual convine, al menos de vez en cuando, tomar un poco de perspectiva y distancia, a fin de liberarnos de la auto explotación a la que nos sometemos, por alcanzar el espejismo de logros que finalmente no nos reportan ni la satisfacción ni el bienestar esperado.

Este modelo nos lleva a que todas aquellas actividades que no son productivas, el ocio no consumista, el descanso por el descanso, hayan dejado de tener interés. Gran error por nuestra parte, ya que son precisamente este tipo de acciones las que nos liberan del auto sometimiento constante. Vivimos en un sobreesfuerzo continuo por disfrazar todo de positividad, de bienestar e inmunizarnos contra la negatividad, el dolor, la imposibilidad, que no nos lleva a otro lugar que no sea el agotamiento y el cansancio.

El modelo de sociedad que tenemos hoy produce individuos agotados, fracasado y depresivos., donde cada uno somos a la vez «verdugo y víctima». Byung-Chul Han, (2012). La sociedad del cansancio. Ed: Herder.

La buena noticia, es que al ser nosotros mismos los que nos sometemos a esta tiranía, está también en nuestra mano liberarnos. Esta libertad viene por cosas tan simples como ser capaces de llevar a cabo actividades por el propio placer de realizarlas sin ningún interés de logro ni rendimiento secundario, o incluso yendo más allá, el no hacer nada como actividad en sí misma, sin el apremio de la idea de pérdida de tiempo, o el mirar, sentir, experimentar dándonos tiempo para disfrutar, sin una cola da actividades en espera.

 

 

Grupo Finsi | NM formación y consultoría | Davinchi