Lenguaje no verbal, lenguaje universal

¿Qué se puede hacer cuando te encuentras en el otro extremo del planeta y nadie entiende tu idioma? La respuesta, en este mismo texto.

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David Fernández

Las vacaciones son un momento estupendo para viajar y ahora, sacudidos por el calor en pleno verano, algunos disfrutan de su momento de relax mientras los demás están deseando que llegue el suyo propio.

Debatiendo sobre viajes y destinos turísticos con un café en mano, una amiga me ha contado que hace unos años estuvo de vacaciones en Tailandia y me ha comentado algo que me ha sorprendido.

Sucedió en uno de los hoteles que visitó durante su viaje. Al subir a la habitación se dio cuenta de que le habían dado una habitación para fumadores y bajó a recepción a pedir que le cambiasen a otra habitación.

Hasta aquí todo normal. Cuando uno viaja al extranjero sabe que si no tiene la suerte de ir a un país hispanohablante lo más probable es que le toque comunicarse en inglés o en francés, ya que al menos la gente que trabaja en los hoteles suele tener un buen nivel de idiomas. Así que si tu conocimiento de ambos idiomas es muy alto, como en el caso de mi amiga, uno viaja con cierta tranquilidad ya que piensa que podrá comunicarse sin mayores problemas. Pero no fue este el caso.


Si obviamos los lugares que han sido en el pasado colonia inglesa, francesa o incluso portuguesa (Taiwan, Singapur, Macao, la zona de Indochina, etc.), Asia no se caracteriza por tener un alto conocimiento de lenguas extranjeras entre sus habitantes y así sucedía con el recepcionista de este hotel de Bangkok: solo hablaba Thai (Tailandés) y tenía unos mínimos conocimientos de inglés, tan básicos que hacían imposible la comunicación.


Después de unos cuantos minutos tratándose de hacer entender y sin conseguirlo, una de las personas que acompañaban a mi amiga en su viaje, posiblemente con un nivel de inglés tan limitado como su interlocutor, tomo cartas en el asunto.

Hablando una extraña mezcla de español y lo que él "creía" que era inglés, le dijo al recepcionista que su amiga necesitaba cambiar de habitación ya que la suya era de fumadores, eso si acompañaba a sus frases con todo un rico abanico de mímica y gestos que seguramente estaban aportando el 90% de la información que le llegó al simpático recepcionista.

Al cabo de 5 minutos mi amiga ya se encontraba en una nueva habitación.

No quiera esta anécdota ser una excusa para evitar aprender o perfeccionar nuevos idiomas, cualquier tipo de conocimiento es bueno, y aún lo es más si nos ayuda a comunicarnos con la persona que tenemos enfrente, pero si es un fiel reflejo de la importancia que tiene el lenguaje no verbal en nuestra vida y en nuestro proceso de comunicación.

Aunque en ocasiones simplemente sirva de apoyo a nuestra palabras puede perfectamente soportar toda la carga de información útil que deseemos trasmitir a otra persona, aún cuando no compartamos el mismo idioma. Al fin y al cabo los seres humanos no somos tan diferentes, ya estemos en España o en un hotel de Tailandia.

Para que podáis comprobarlo por vosotros mismos os propongo este video en clave de humor, creo que en ningún momento completan ninguna de sus frases, pero ¿a qué se entiende bien el mensaje?

 

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