Deportistas de élite: Mens sana in corpore sano.

Nadie duda de que los deportistas de élite tienen una preparación física extraordinaria, pero ¿están también sus mentes preparadas para sobreponerse a las dificultades que se les presentan? El tenista Rafael Nadal es un claro ejemplo de ello, analicemos su trayectoria.

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David Fernández

Para bien o para mal vivimos en un pais tan acostumbrado a encumbrar a nuestros deportistas ante la mínima hazaña como a convertirlos en ídolos de barro ante la menor prueba de flaqueza y, aunque nadie duda de que los deportistas de élite tienen una preparación física extraordinaria, y para ello tienen a su disposición un enorme equipo de profesionales compuesto por personas cuya única preocupación es que los cuerpos de estos atletas estén preparados para dar el 100% y afrontar con éxito las duras pruebas a las que son sometidos, podemos plantearnos una duda: ¿están también sus mentes preparadas para sobreponerse a las dificultades que se les presentan?

Uno de mis mejores amigos, tenista amateur y apasionado de este deporte me comentaba que él nunca podría haber sido un gran jugador porque le faltaba "coco" para ello, siempre ha mantenido -y ahora veo que el tiempo le ha dado la razón- que el tenis es un deporte donde la mente prima sobre el cuerpo. Aunque seas fisicamente muy superior a tus rivales, si tu concentración, tu confianza y tu disciplina no puede igualarles, terminarás derrotado en todos tus enfrentamientos.

El tenista Rafael Nadal es un claro ejemplo de ello: número 1 del mundo y, si debemos medir a alguien siempre por el nivel de sus rivales, deberemos recordar que ha sido él quien ha desplazado al segundo puesto al mejor tenista de todos los tiempos: Roger Federer.

Desde su debut en el ranking profesional en 2002 pronto se destapó (como casi todos los jugadores españoles) como un excelente tenista en tierra batida. Ya en 2004 ganó su primer torneo ATP y comenzó un brillante etapa con el equipo de Copa Davis que ese mismo año les llevo a obtener el trofeo.

De la mano de su entrenador, su tio Toni Nadal, el verdadero responsable de que Rafa juegue como zurdo sin serlo, comienza una etapa brillante en la que consigue entre otros 4 títulos de Roland Garros, 1 título de Wimbledon, 2 Copas Davis con España y una medalla de oro en los J.J.O.O. de 2008.

 

 

El año 2009 parecía comenzar bien. El flamante número 1 del mundo obtiene un gran triunfo en el Abierto de Australia, la temporada transcurre de manera brillante durante la etapa de torneos de superficie dura y tierra batida donde obtiene 4 trofeos, pero a medida que se acercaba su participación en Roland Garros nos encontramos con un Nadal con menos desparpajo de lo habitual, le cuesta algo más lograr sus victorias y le vemos sufrir más de lo normal, para un joven tenista que basa gran parte de su tenis en su explosividad física es demasiado pronto para verle flaquear. La acumulación de partidos empieza a hacer mella y encadena una serie de lesiones menores que van minando cada vez más su juego, además, como tiempo despues se sabría, durante esta época vive el divorcio de sus padres. Ni su mente ni su cuerpo están en la mejor forma para desarrollar su juego: ha perdido la alegría en su juego.

Llegando a Roland Garros las lesiones se empiezan a agravar y así llega la sorprendente derrota en dieciseisavos ante un jugador no demasiado conocido hasta entonces.

 

 

Ahora es el momento de tomar una dura decisión: Rafa debe parar y descansar para reponerse fisica y mentalmente. Su ausencia de Wimbledon y la perdida de puntos en otros torneos hacen que baje al puesto número 2 y posteriormente al número 3 del mundo.

Los aficionados al tenis y parte de la prensa especializada empiezan a hablar del final de la era Rafa Nadal y le acusan de jugar un tenis basado exclusivamente en su gran físico.

Es durante está época dónde quizás se nota más el trabajo de su tio y entrenador: Toni Nadal, un antiguo tenista cuya filosofía de trabajo se rige por 3 palabras: actitud, disciplina y perspectiva. Solo trabajando duro se pueden conseguir metas importantes y, además, siempre queda espacio para mejorar.

Después del obligado descanso retornó al circuito, arrastrando todavía algunos problemas físicos y encandenó algunas victorias sin demasiada brillantez.

Con el comienzo del año 2010 llegaron más dudas y algunas pequeñas lesiones, pero algo parecía que estaba empezando a cambiar, Rafa está de regreso y más fuerte que nunca, a aprovechado su tiempo de preparación y ahora es más completo, ha ganado técnica, tiene un mejor servicio, un magníco revés cortado y, por encima de todo, se siente fuerte, ganador y vuelve a disfrutar del tenis.

 

 

Tras jugar varias semifinales y finales sin victoria, llego de nuevo la hora de los torneos de tierra batida. Cargado de moral e ilusión encadena 4 brillantes triunfos y tras un pequeño descanso para prepararse conquista de nuevo el Grand Slam de Wimbledon.

De nuevo retoma el número 1 del tenis mundial y parece que le durará bastante tiempo.

Realmente es muy complicado llegar a destacar tan brillantemente en un campo, pero aún lo es más el caer, volverse a levantar y retornar aún con más fuerza. Siempre hay algo admirable e inspirador en estás historias de caidas y superación. Algunas veces los protagonistas parecen hechos de otra pasta, pero no hacen otra cosa que poner en práctica muchos de los consejos que habremos oido multitud de veces para progresar y superar dificultades en nuestras tareas diarias: preparación adecuada, trabajo duro, tesón y la siempre necesaria presencia de un entrenador o "coach" que nos sepa motivar y guiar hacia nuestras metas.

Quizas sea el momento de dejarnos inspirar y tomar algunas de estás lecciones vitales para mejorar como personas y como profesionales.

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