¿Por qué una sociedad agrede a los que se dedican a cuidarla?

Los índices de agresividad han aumentado significativamente y entre los profesionales de la salud hay cada vez más casos de agresiones.

 

Bookmark and Share

Ana María Mora

 

Cada vez hay más casos de agresiones a profesionales del entorno sanitario. Enfermer@s, médic@s, auxiliares, celador@s y administrativ@s  son víctimas de agresiones físicas o psicológicas  por parte de  usuarios, pacientes o familiares de éstos, generando un estado de indefensión y vulnerabilidad en su día a día.

El índice de agresividad ha aumentado significativamente y los estudios de la Organización Médica Colegial estiman que cerca del 80% del personal ha sufrido alguna vez una agresión verbal o física.

¿Qué es una agresión?  Podemos definirla como  una conducta hostil y destructiva cuya intención última es causar daño. Es un comportamiento intimidatorio que busca conseguir un objetivo o beneficio personal fuera de los cauces legales y  la habitual relación paciente-sanitaria.

¿Por qué se producen las agresiones? Los estudios nos hablan de tres tipos de causas, las debidas al entorno laboral,  las referidas a actitudes de los pacientes y a las competencias de unos y otros para resolver conflictos.  Los ciudadanos cada vez son más exigentes y toleran mal las esperas, generando escenarios de impaciencia y nerviosismo.  En otros momentos, se exigen fármacos, tratamientos o servicios que no son necesarios según criterio de los profesionales.  Estas situaciones potencian la aparición del conflicto que en ocasiones deriva en una agresión.

Por otro lado el vínculo médico-paciente ha cambiado. Hace unos años la relación se definía desde la verticalidad en la que el profesional sabía, informaba y el paciente acataba la pauta bajo un manto de valores como el respeto, la confianza y la obediencia a la autoridad formal. Ahora la relación es mucho más horizontal, participativa e impersonal. El médic@ asesora pero el paciente no solo escucha sino que opina, debate y contra argumenta.  Si añadimos que los avances científicos y la tecnificación dan una imagen de omnipotencia a la Medicina, las secuelas y la muerte no son entendidas como un proceso evolutivo de la enfermedad, sino más bien como un  fallo en la atención sanitaria.

 

¿Tenemos competencias para resolver conflictos? La confianza, el respeto y la tolerancia son valores que deberían estar presentes en el ejercicio de una relación tan personal como la sanitaria-paciente y en ambas partes por igual. Si una de ellas no actúa de forma coherente se rompe el equilibrio y aparece el conflicto. Ante él, habilidades como la escucha, la empatía y la asertividad se nos hacen indispensables y los datos nos dan muestra de niveles deficitarios en nuestra sociedad. 

Los profesionales del entorno sanitario se forman en la prevención de agresiones, acuden a programas de entrenamiento  en habilidades de comunicación ante el conflicto, aprenden los protocolos de seguridad y pautas de actuación en caso de agresión, se informan sobre las medidas de tipo técnico y organizativo y mejoran sus niveles de autoafirmación ante la erosión psicológica  que supone el insulto, la amenaza, los gritos o desacreditación frecuente.

El último informe del Observatorio de Agresiones de la Organización Médica Colegial (OMC), presentado el 22 de marzo  de este año con motivo del Día Nacional contra las Agresiones en el Ámbito Sanitario  informa que las agresiones a médicos en España disminuyeron un 16% en 2012. Es un buen dato, fruto, entre otros factores,  de lo expuesto anteriormente. Es importante destacar que en el ámbito sanitario trabajan profesionales sanitarios y no sanitarios no incluidos en estos datos.

 

 

Grupo Finsi | NM formación y consultoría | Davinchi