Nuestros perros y nosotros

La convivencia con un perro puede aportarnos bastantes beneficios a nivel personal,  al menos, eso dice los estudios al respecto.

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Ana María Mora

Mi perro Jonás murió hace un año. 

Hasta entonces, en mi familia éramos cinco. Cuatro humanos y un canino. 14 años y medio en los que se trazó, como en todas las relaciones, una senda de emociones, sentimientos, encuentros y desencuentros. Un vínculo sólido y duradero.

Nosotros sabemos lo importante que fue en nuestra vida. Lo que nos aportó y nos hizo crecer como personas. Sabemos lo que le queríamos y lo que le añoramos.

Pero no se trata de una historia individual. La ciencia confirma mi experiencia subjetiva.  Los beneficios de compartir la vida con un perro ya nadie los pone en duda. Son muchos los factores de nuestra salud biopsicosocial que se ven afectados positivamente:

1.    Estimulan nuestra actividad física: Nuestros perros necesitan hacer deporte y tienen sus rutinas muy establecidas lo que nos obliga a hacer ese ejercicio con ellos. Pasear, caminar, jugar, correr son hábitos saludables asociados a los que conviven con estos compañeros.

2.    Facilitan el desarrollo de la inteligencia emocional: Los perros nos prestan mucha atención y muestran su  cariño de forma habitual.  Esto hace que nuestros sentimientos afloren, y nos permitan ser mucho más abiertos y comunicativos, mejorando las relaciones con el resto de las personas, y consiguiendo que nuestro carácter sea mucho mejor.

3.    Ayudan a gestionar el estrés: pasamos tiempo con ellos y además de pasear,  jugamos con ellos  consiguiendo aliviar tensiones en tareas distractoras y ociosas. Hacen reír y parece ser, que es uno de los mejores deportes de la vida.

4.    Disminuyen el sentimiento de soledad. Su presencia constante, sin condiciones hace que ganemos en confianza y autoestima.

5.    Invitan a crecer en responsabilidad porque necesitan de nuestra atención y cuidados para su desarrollo físico y emocional.

6.    Conforman una escuela para los niños en valores como la responsabilidad, el cuidado a otros, el respeto a los animales, la convivencia y la amistad.

7.    Apoyan a personas discapacitadas: particularmente los perros, todos los sabemos, pueden convertirse en los ojos, los oídos y las piernas de muchas personas que padecen ciertos impedimentos físicos.

8.    Mejoran nuestras relaciones sociales porque son "grandes excusas" para iniciar conversaciones y relaciones con otras personas.

9.    Estabilizan nuestra tensión arterial con el simple y agradable comportamiento de acariciarles o mirarles un par de minutos.

10.  ...  Este beneficio te lo dejo a ti para que pares un momento y te preguntes por alguno más. Seguro que lo encuentras.

Algunos humanos tendemos a analizar con mucho más énfasis los contras que los pros de las relaciones. Tanto si tienes perro como si no, contempla, con una nueva mirada, lo mucho que hacen por nosotros estos compañeros de viaje y agradezcámoselo. Nos va mucho en ello.

 

 

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