Que malo es ir a peor

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José Luis Bueno Blanco

Este fin de semana dormí más de lo habitual. No puse el despertador y pasé varias horas más que a diario. Cuando me levanté tenía un dolor de espalda enorme. Entonces pensé, "me estoy haciendo viejo, hace años (¿20?) te pasabas durmiendo muchas más horas y no tenías ese tipo de problemas. En realidad no tenías un montón de molestias que van surgiendo con los años. 

Y entonces me puse a reflexionar sobre la parte negativa que tiene hacerse mayor, envejecer, cumplir años. Vaya por delante que las ventajas son enormes, y si pusiéramos en la balanza lo negativo y lo positivo, en mi caso valoro más lo positivo que gano con los años. Pero bueno, eso ya lo trataré otro día.

Ahora quiero contar lo que me suscitó el hecho "ir a peor". Cada vez que tengo una molestia causada por el hecho de ir cumpliendo años, o la pérdida de alguna habilidad, me siento mal por tres motivos.

El primero de los motivos es el descubrir la pérdida en sí misma. Te cansas antes cuando estás andando, surgen dolores por aquí y por allá, tu cuerpo va cambiando, nos puedes comer comidas con exceso de ésto..., con exceso de lo otro..., etc. Y dices "¡qué faena!". Antes era capaz de "________" y ahora no puedo ni "________" (Complete los espacios en blanco). Realmente es una pena.

El segundo motivo por el que me siento mal es porque normalmente son pérdidas de algo que ni siquiera he podido disfrutar cuando las tenía. Me explico. Yo nunca valoré que después de dormir 12 horas seguidas no me doliera la espalda. No valoré que me pasara todo el día andando y no me cansara. No disfruté de tener una dentadura perfecta. No me sentí feliz por "___________" y por "__________". Y sin haberlo disfrutado el tenerlo, ahora tengo que sufrir por perderlo. ¿En qué estaba ocupado? Pues seguramente en preocuparme por otras cosas que no tendría y que seguramente no tuvieran mucha importancia, a los ojos de hoy. Este punto está relacionado con aquello de que "la salud no se valora hasta que no se tiene". También está relacionado con los factores higiénicos de Herzberg.

El tercer motivo por el que me siento mal es porque la situación tiene poco remedio. Todos los esfuerzos serán solamente paliativos. En fin.

Así que definitivamente, voy a hacer< un listado de todo aquello que puedo ir perdiendo en los próximos años para poder disfrutarlo desde ahora, aunque sea solo por el hecho de ser consciente de ello. Luego podré decir "¡que me quiten lo bailao!". aunque "lo bailao" no sean grandes hitos llevados a cabo, sino el hecho de ser consciente de cantidad de "cositas nimias" que tienen un impacto terrible cuando no se tienen.

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