Si quieres que algo salga bien, no lo pagues

Ejemplos inspiradores de trabajo en equipo dentro de grupos no profesionales.

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David Fernández

Hace ya algunos años, durante una de las comidas que compartíamos todo el equipo después de una mañana de trabajo, debatíamos sobre lo útil que resulta ver tus series favoritas extranjeras en versión original.

Mientras debatíamos sobre ello, comentamos la calidad de los subtítulos que algunos aficionados se encargaban de publicar gratuitamente y que ponían a disposición de aquellos seguidores que deseaban ver una serie inglés, pero no tenían los conocimientos suficientes del idioma para ver los capítulos sin el apoyo de subtítulos.

Alguien comentó entonces: “Desde luego, si quieres que un trabajo salga bien, lo mejor que puedes hacer es no pagarlo”. En cierto modo no le faltaba razón. En los últimos años, la proliferación de las nuevas tecnologías ha permitido que muchas personas con aficiones comunes se unan para llevar a cabo proyectos como este, de manera eficiente, con una gran calidad y en un corto espacio de tiempo.

Hagamos un repaso de ello:

Las series de máxima audiencia se emiten en Estados Unidos sobre las 21:00-22:00 y muchas veces podemos encontrar los subtítulos en español al levantarnos por la mañana. El proceso puede durar por tanto unas 4-6 horas. En ese espacio de tiempo una o varias personas han visto y grabado el capítulo en cuestión, para poder hacer la transcripción en inglés con las anotaciones de tiempo (para que las frases salgan en el momento que deben), al acabar comparten su archivo libremente en internet. Una vez este archivo está disponible, un aficionado lo descarga y lo sube a otra web donde podrá compartirlo con el resto de colegas involucrados en el proyecto.

El coordinador hará recuento de las personas que se quieran incorporar al proyecto, y dividirá el archivo en tantas partes como crea necesario, no necesariamente de la misma longitud, ya que habrá evaluado el conocimiento del idioma, la experiencia y velocidad de cada colaborador para encargarle un mayor o menor volumen de trabajo. Además se encargará de resolver las dudas que se pueden ir presentando a cada uno de ellos y de realizar el seguimiento.

Al ir recibiendo los pedazos de la traducción, los reunirá en un nuevo documento, ya completo, donde además efectuará una corrección de estilo antes de poner el archivo a disposición de todo aquél que desee descargarlo.
Desde luego, parece la historia de un proyecto manejado a la perfección.

 

 

Jugadores de videojuego


También podemos encontrar ejemplos colaborativos en otros aspectos lúdicos como los videojuegos online donde varios jugadores conectados a internet, de manera colaborativa intentan avanzar fases o conseguir logros en sus juegos favoritos. En pos de conseguir una mejor experiencia para los jugadores, los programadores de videojuegos han creado diferentes retos donde es necesario que los miembros del grupo se coordinen entre ellos usando micrófono y cascos, conjuntando un grupo con talentos diversos pero balanceados. Normalmente uno de los jugadores más veterano y conocedor de la misión tomará el papel de líder de la escuadra para ir indicando al resto donde se encuentras las mayores dificultades y asignará roles. Cuando el grupo alcance cierta cohesión se autorregulará para que cada uno asuma su parcela de responsabilidad, sin descuidar el apoyo y ayuda al resto de jugadores para lograr el objetivo final.

Es obvio que las motivaciones dentro del trabajo de cada día son diferentes, ya que no todo el mundo puede decir que su trabajo sea también su hobby, pero es importante que los líderes de los equipos tengan siempre en mente la importancia de la motivación intrínseca. Como ya hemos visto en otros posts, los seres humanos somos capaces de lograr casi lo imposible si estamos motivados para ello. Por lo tanto, descubir qué motiva intrínsecamente a nuestros colaboradores es, con toda seguridad, una herramienta fundamental para el éxito del equipo.

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