Ratio de positividad

El balance entre emociones positivas y negativas es la clave en el ratio de positividad.

Bookmark and Share

Nuria Fernández López

 

La positividad también tiene límites. Mucho se ha hablado de positivismo en los últimos tiempos, positivismo vinculado de forma directa a la felicidad de las personas.  Felicidad que es el bien más deseado y buscado por el ser humano.

Martin Seligman en su modelo PERMA,  propone una serie de estrategias que contribuyen a elevar el grado de felicidad  y la forma de convertir en hábitos los comportamientos positivos. En un próximo post abordaremos este modelo.

Por norma general en el balance emociones negativas vs positivas suele inclinarse la balanza hacia las negativas, aunque estas hayan sido menos frecuentes e intensas que las positivas. Muchos investigadores se han interesado por este hecho y han buscado explicaciones tratando de encontrar la clave para inclinar la balanza en el sentido que la positividad pese más, hasta se han definido  términos como "ratio de positividad" haciendo referencia al grado en que expresamos las emociones positivas en contraste con las negativas.

Que las emociones negativas son y han sido básicas para la supervivencia es no aportar nada nuevo, lo novedoso viene de las teorías que afirman que las emociones positivas debieron surgir antes en el proceso evolutivo, ya que frente a las negativas que nos instan a la lucha, escape, etc.  las positivas favorecen la supervivencia a largo plazo, ya que amplían nuestra percepción y esquemas mentales, preparándonos para construir nuevos recursos.

En lo que al ratio de positividad se refiere, no se trata de inclinar la balanza sólo hacia lo positivo pensando que con ello el bienestar está asegurado. Hay trastornos psiquiátricos en los que las personas están inmersas en una vorágine de emociones positivas y no por ello son más felices. Es una realidad incontestable que  la vida está construida con altos y bajos. El no experimentar negatividad en la vida es un indicador de que algo no marcha como debiera. La emocionalidad negativa ha de formar parte de nuestra vida, otra cosa bien distinta es cómo gestionemos esas emociones.

En cuanto a la posibilidad de inclinar la balanza hacia la positividad, lamentablemente no depende en exclusiva de nuestras buenas intenciones y voluntad, la dotación genética y circunstancias vitales influyen significativamente en este balance.

Según algunos autores el balance se ve afectado por:

  • Genética 50%
  • Circunstancias 10%
  • Actividad intencional 40%

Para la autora de esta teoría estos porcentajes significan que todos nacemos con un 50% del punto de equilibrio de felicidad determinado, y que en contra de lo que pensamos sólo un 10%  está influenciado por la circunstancias. El 40% restante implica que depende de nosotros llevar a cabo actividades, acciones o comportamientos que influyan en nuestro ratio de positividad.

La cuestión clave como siempre en este asunto es encontrar cuáles son realmente esos comportamientos que contribuyen de forma significativa a inclinar el ratio en el sentido de un mayor bienestar.

Es este punto hay otro término que los investigadores han llamado " adaptación hedónica" y que viene a decir que un tiempo después de haber conseguido aquello que suponíamos nos proporcionaría una gran felicidad, como un trabajo nuevo, un ascenso, una casa, un coche,  superar una enfermedad, etc,  nos acostumbramos y regresamos al  punto de equilibrio y entonces queremos más.

Por hoy lo dejamos aquí, en el próximo post trataremos de identificar comportamientos que puedan ayudarnos a modificar este "ratio de positividad".

 

Grupo Finsi | NM formación y consultoría | Davinchi