Qué necesitamos para cambiar nuestras actitudes o comportamientos

La resistencia al cambio es un hecho en el ser humano.
Bookmark and Share

Nuria Fernández López

Partamos del hecho de que para el ser humano el cambio es difícil y existe en todos nosotros una gran resistencia al  mismo.

A modo de reflexión debemos saber que para que se produzca un cambio de conducta, actitud o comportamiento deben darse los siguientes requisitos:

  1. Querer  hacer el cambio, lo que alude a la motivación de la persona para cambiar.
  2. Saber  cómo hacer el cambio, que alude a los conocimientos para hacer el cambio.
  3. Tener la oportunidad de hacer el cambio, que alude a la posibilidad y al control que tenemos sobre las circunstancias que nos rodean.
  4. Estar dispuesto a hacer el cambio.
  5. Tener la voluntad para hacer lo que sea preciso para que el cambio se produzca, que alude a la disposición.


Existen algunas teorías o modelos que pueden ayudarnos a arrojar un poco de luz sobre el tema. Podemos clasificarlas en las que se centran en las causas de la conducta, como el modelo  Creencias en Salud, la teoría de la Acción Razonada y la teoría del Aprendizaje Social,  y el modelo de las etapas en el cambio individual de conducta: modelo de etapas de cambio o modelo transteórico.



 

El modelo de Creencias en Salud, desarrollado por (Rosenstock, 1974, 1977), como su nombre indica, está desarrollado desde los modelos de salud y se basa en la percepción de la persona acerca de su vulnerabilidad a una enfermedad y la eficacia del tratamiento. Estos dos aspectos, influenciarán sus decisiones en relación con sus comportamientos de salud. Este modelo nos puede ayudar a comprender las conductas de prevención o riesgo con respecto a un problema de salud como, por ejemplo, es el caso del contagio por gripe A.


Así,  el comportamiento depende de si las personas:

  • Piensan que son susceptibles a un problema de salud en particular
  • Consideran que se trata de un problema serio
  • Están convencidas de que el tratamiento o las actividades de prevención son eficaces y, al mismo tiempo consideran que éstos no son costosos
  • Reciben un incentivo para tomar medidas de salud

 

La teoría de la acción razonada (Fishbein & Ajzen, 1975, 1980), enfatiza el papel de la intención personal en la determinación de si ocurrirá o no un comportamiento determinado. Es decir el comportamiento generalmente sigue a la intención y no ocurrirá sin ésta.

 

La