Y tú ?estás agobiado, muy agobiado o desquiciado?

El agobio es una sensación subjetiva relacionada con la forma en que vivimos la cantidad de cosas que hemos decidido hacer en un tiempo finito.

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Nuria Fernández López

Hace unos días leía un artículo en el Huffington post que comenzaba de una forma que por desgracia me resultó bastante familiar y que continuaba con una serie de trabajos de investigación que me han resultado muy interesantes, así que lo he recogido en este post.

No sé tú, pero siempre que me preguntan qué tal, ya nunca digo bien. En su lugar, mi respuesta suele tirar más bien por el grado de cansancio que tenga. Puede ir de "agobiado" a "muy agobiado" o incluso "desquiciado".

La buena noticia es que mi respuesta normalmente encuentra comprensión en la otra persona, lo cual es tan alentador como deprimente.

"¡A mí me lo vas a contar! ¡Nosotros también!"

"Lo sé. ¡Es una locura!"

"El día no tiene suficientes horas..."

Pero algo cambió hace cosa de un mes. Me encontré con un amigo en el gimnasio. En vez de empatizar conmigo cuando le dije "muy agobiado", simplemente preguntó:

"¿En serio? ¿Qué tienes que hacer hoy?"

Tuve que parar y pensarlo un momento. Nadie me había preguntado nunca que describiese mi agobio. Así que llevé a cabo un repaso mental de nuestro calendario antes de explicarle que tenía un ensayo del coro por la mañana, seguido de un partido de baloncesto de mi hijo, un compromiso eclesiástico de mi mujer, una fiesta de cumpleaños de mi hija y una cita por la noche.

¿Cuál fue su respuesta?

"Un día repletito. ¡Que te lo pases bien!"


En este mismo artículo se señalaba que la Asociación Americana de Psicología publicó un estudio sobre el Estrés en Estados Unidos desde 2007. El resultado de dicho trabajo algo que todos intuimos, " la mayoría de los estadounidenses reconocen que sus niveles de estrés superan los límites para mantener una buena salud". El motivo que se señala de tales niveles de estrés no es otro que "estar demasiado ocupados".

La doctora Susan Koven experta en medicina interna en el Hospital General de Massachusetts, apunta que en los últimos años, ha observado una especie de epidemia: todos sus pacientes sufren el mismo trastorno. Los síntomas incluyen fatiga, irritabilidad, insomnio, ansiedad, dolores de cabeza, ardor de estómago, problemas de colon, dolor de espalda y sobrepeso. No hay ningún análisis de sangre ni radiografía capaz de diagnosticar esta enfermedad, y aun así es fácilmente reconocible. Se llama exceso de agobio. Llevamos años escuchando que demasiado estrés conlleva problemas para la salud. Pero la doctora Koven no hablaba del estrés. Sino del agobio, el ajetreo, las ocupaciones.

El doctor Michael Marmot, un epidemiólogo británico, ha estudiado el estrés y sus efectos, y descubrió que las causas principales son dos tipos de agobio. El más dañino es el que denomina" la ocupación sin control" y afectaría a personas que realmente han de responder por sus circunstancias vitales a multitareas: dos o tres trabajos, hijos, problemas económicos, etc.

El en segundo tipo de agobio, aunque también da lugar a problemas de salud, no existe una motivación real, es una enfermedad que nos creamos nosotros mismos con la forma de vivir, afrontar y contarnos lo que nos sucede. Es un estrés autocreado.

Somos nosotros los que nos creamos prisas y exigencias cuando objetivamente no existe más exigencia que las que nos impongamos a nosotros mismos. Llenamos nuestras agendas de tareas imposibles de cumplir en los tiempos disponibles, y luego nos volvemos locos de "agobio" cuando empezamos en una vertiginosa cuenta atrás para llegar a todo lo que nos hemos impuesto. Nos tiramos de los pelos cuando no llegamos, o lo que es peor, arremetemos contra todo nuestro entorno llegando a responsabilizarlo de que no seamos capaces de cumplir con nuestras propias exigencias. Tal vez nos convenga a todos trabajar un poco en el equilibrio entre lo que se quiere, lo se puede y hasta lo que se debe.

 

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