Resiliencia

La resiliencia es un término originado en la física y en particular en la ingeniería de los materiales. Hace referencia a la capacidad de un elemento  que ante un golpe o la acción de fuerzas externas pueda volver a su estado original.

Posteriormente, este término ha sido adoptado por distintas disciplinas. En las ciencias sociales y pedagógicas se ha utilizado el término para referirse a la capacidad que pueden tener los individuos o las comunidades para enfrentar situaciones de dificultad saliendo de ellas enriquecidos o fortalecidos.

Según Suárez Ojeda (1995) la resiliencia significa una combinación de factores que permiten  a un ser humano afrontar y superar los problemas y adversidades, y constuir sobre ellos. Está directamente relacionado con la capacidar de resistir y rehacerse ante las adversidades. 

Intimamente relacionado,  surge también el término de "personalidad resistente" (hardiness). Kobassa y Maddi desarrollaron el concepto. Estudiaron a aquellas personas que a pesar de haber vivido hechos vitales muy estresantes, esto, no les había impedido continuar con sus vidas. A diferencia de aquellos individuos que se recuperan de forma natural tras un acontecimiento traumático, los individuos resilientes no pasan por ese período, sino que mantienen su niveles funcionales a pesar de la experiencia vivida. 

Es importante diferenciar los conceptos resiliencia y recuperación , ya que la recuparación supone un retorno gradual hacia la normalidad, mientras que la resiliencia se relaciona con la capacidad de mantener el equilibrio durante el proceso.  

Aunque este fenómeno puede ser considerado poco habitual,  queda avalado por el testimonio de muchas personas que habiendo vivido experiencias vitales traumáticas han conseguido encajarlas, mantener sus niveles de actividad y continuar con su vida.

¿Qué hay detrás de la resiliencia?. Fredrickson y Tugade (2003) llevaron a cabo un estudio tras los atentados del 11S, y encontraron que las emociones positivas mediaban entre la resiliencia y el ajuste. Son éstas, las que protegen a las personas frente al trauma. El intentar tener actitudes positivas a pesar de todo, les ayudaba a enfrentar y seguir  adelante.

Los estudios parecen señalar que lo que diferencia a las personas resilientes es:

• la seguridad en si mismos y en la propia posibilidad de afrontamiento
• el apoyo social
• el tener un objetivo en la vida
• el creer en que pueden cambiar las cosas
• el creer que se puede aprender de lo positivo y negativo 

Este concepto ayuda a enterder los modos diferentes en que las personas afrontan situaciones traumáticas. Quizá, el término traumático, pueda llevar a pensar en situaciones catátroficas. Pero traumático, en el sentido más amplio, puede aplicarse a situaciones diversas en que han de afrontarse cambios drásticos, inesperados, urgentes, etc, como puede ser el caso de: reestructariones  de plantilla,  el paro, cambios de dirección, cambios de puesto, fusiones, nuevas políticas de organización , gestión, cambios culturales etc. y otras muchas circuntancias que pueden poner a prueba a las personas y a las organizaciones . Y es, este afrontar, el que marca la diferencia, entre los que sobreviven simplemente y los que salen fortalecidos del proceso.

Yendo un poco más allá, y aplicando el término a las organizaciones empresariales, tal vez sería posible hablar de empresas resilientes, como aquellas que son capaces de absorver cambios o rupturas,  sin que por ello se vea afectada su rentabilidad, logrando incluso obtener beneficios fruto de las circuntancias imprevistas o adversas, en tanto que las empresas, están constituidas por personas, cuyas caracteríticas personales dejan su impronta en la propia organización e inciden en último término en el resultado final del negocio.

Por último, una pregunta, ¿podemos hacer algo cómo responsables de personas, para hacer a nuestros colaboradores más resilientes y por ende a nuestras propias organizaciones?