El e-learning no es la solución para reducir el coste de formación

En una reunión con un cliente estábamos tratando el desarrollo de un curso on-line. Cuando entramos en los detalles del mismo, el cliente, un poco avergonzado, me comenta que él no sabe mucho de e-learning y que se le escapan muchos de los conceptos de los que estamos hablando. Para tranquilizarle y premiarle por su disposición a aprender (reconocer que no sabe) le comento en tono de broma: "Hay dos tipos de personas en relación al tema del e-learning, los que dicen que no saben y los que se hablan como si supieran".

Más allá de que sea una frase un poco exagerada y con el objetivo de quitarle miga a la situación en la que la utilicé, es cierto que, cada vez más, las personas relacionadas con la formación tienen que tomar decisiones en relación a la modalidad de on-line. Para poder hacerlo con criterio se necesitan conocimientos en varias disciplinas: pedagogía, tecnología, diseño, comunicación, etc. ¿Cómo han llegado a formarse en todos esos conceptos las personas encargadas de tomar decisiones en el tema on-line?

Si buscamos la oferta formativa en la red no encontramos que no existen muchas opciones para formarte en la gestión de cursos e-learning o blended-learning. Por tanto suponemos que el aprendizaje se está haciendo de una manera desestructurada y no formal. A veces escuchando el discurso comercial de los proveedores, otras veces leyendo algún artículo, escuchando alguna ponencia en un congreso, cursando algún curso como alumno, etc. Cada una de estas maneras de aprender (Informal Learning) es muy potente. Lo que ocurre es que, en este caso, se aprende "a salto de mata" a la vez que se desarrolla esta nueva disciplina de la formación on-line.

Como consecuencia, se producen muchas confusiones y malentendidos en los proyectos on-line. Todo debido a que los conceptos no están claros, poco definidos, muy abstractos, ideas preconcebidas y falsas, etc.

Todo esto me ha animado a escribir una serie de post donde trate conceptos que generalmente suelen ser causa de malentendidos y de base para tomas de decisiones erróneas.

Para comenzar, me gustaría hablar de la idea de hacer formación on-line para reducir costes, esperando, por supuesto, que tenga el mismo impacto y resultado que la formación presencial. Esta sentencia puede ser cierta, pero en algunos casos con unas características concretas.

Una de las primeras características para que la formación on-line sea más rentable es el hecho de que el número de alumnos sea elevado y se pueda amortizar el presupuesto destinado al desarrollo del curso.

Si tengo que llevar a cabo un curso on-line multimedia siempre tendrá un coste mucho mayor que un curso presencial, incluidos los gastos asociados a la misma (transporte, alojamiento, etc.). Por tanto no se trata de que reemplace a un curso presencial, sino a varias ediciones.

Siempre podemos acudir a un catálogo de cursos ya desarrollados, lo cual reduce el coste considerablemente, pero que tiene contenidos generales y no "a medida". Evidentemente hay temas en que este aspecto no es relevante, por ejemplo los cursos de ofimática.

El desarrollo de cursos on-line "a medida" puede hacer que se reduzcan los costes de la formación, pero siempre y cuando el curso reemplace a varias ediciones presenciales.