Cómo desarrollar nuevas estrategias a través del pensamiento lateral

Técnicas y recursos para abordar problemas de difícil solución a través de enfoques nuevos e imaginativos.

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David Fernández

"El principal enemigo de la creatividad es el buen gusto". Esta frase de Pablo Ruiz Picasso encierra una gran verdad ya que los grandes avances del mundo se han producido gracias a hombres y mujeres que se decidieron a atravesar barreras, sin ceñirse a normas preestablecidas.

El funcionamiento del pensamiento lateral sigue este mismo proceso: nos servimos de la imaginación para elaborar un nuevo enfoque para aquellos casos donde las estrategias habituales de resolución de problemas parecen no funcionar.

El psicólogo Edward de Bono, uno de los más respetados expertos en temas de pensamiento e imaginación, fue quien acuño el término "pensamiento lateral", y nos propone una serie de técnicas y herramientas que nos ayudarán a desarrollar nuestra capacidad para pensar de una manera más abierta e imaginativa:

  • Buscar alternativas: puede que hasta ahora siempre hayamos utilizado un mismo caso de éxito, si ahora este no funciona deberemos buscar otras opciones, generando el máximo de ellas, sin entrar a valorarlas a pesar de que parezcan en un principio algo irracionales. El brainstorming o tormenta de ideas sigue este funcionamiento.
  • Romper con ideas preestablecidas: si una situación parece demasiado complicada y enrevesada, podemos separar los elementos que la conforman e ir analizándolos uno por uno. Es una manera de esquivar antiguos prejuicios y formar una idea nueva y fresca.
  • Identificar la idea dominante: cuando intervienen diversos elementos es necesario saber visualizar cuál es la idea general de un problema, su núcleo. Si no lo identificamos será complicado plantear alternativas reales.
  • El dibujo, por ejemplo a través del uso de mapas mentales. Puede ser una herramienta interesante; ver algo escrito o dibujado en un papel, sin necesidad de imaginarlo, puede hacer cambiar nuestra perspectiva o la manera de abordar el problema.
  • Por último, debemos dejar para el final los juicios de valores. Una idea soltada al azar puede parecer ridícula e incluso ser objetivamente errónea, pero puede inspirar el camino hacia la idea que buscamos.

 


El Dr. de Bono también desarrolló la técnica basada en las provocaciones del pensamiento, algunos ejemplos de ella son:

  • La palabra aleatoria: se introduce una palabra al azar, a continuación generaremos otra palabra que esté relacionada con la anterior, y así sucesivamente. En cada cambio de palabra intentaremos relacionar esta con el problema que estamos evaluando, intentando generar posibles ideas y soluciones.
  • El escape: pasamos a examinar los aspectos presentes en el problema y negaremos o eliminaremos una característica del mismo. Desde esta nueva situación, buscaremos nuevas ideas. Por ejemplo, imaginemos que disponemos de un servicio que ofrecemos a nuestros clientes y queremos obtener beneficio por ello. Podemos eliminar una característica y pensar qué pasaría si no cobrásemos a nuestros clientes. Siguiendo este proceso, algunas empresas decidieron ofrecer un servicio gratuito a sus clientes, cobrando en cambio una tarifa a otras empresas que se publicitarían durante ese servicio.
  • La piedra en el camino: debemos exagerar, distorsionar o modificar de cualquier forma un aspecto o característica del problema. 


En general todos estos métodos y consejos persiguen el mismo camino: ante una idea agotada o una fórmula que no funciona, resulta necesario poner patas arriba el problema, evitar el uso de ideas preconcebidas e intentar enfocar el problema desde fuera de la propia situación, intentando ser absolutamente objetivo. Y a partir de ahí dejar que la imaginación vuele, sin barreras ni impedimentos.

Puede parecer complejo pero al fin y al cabo, el cerebro se comporta como un músculo y por tanto, para alcanzar su mayor potencial también necesitará un entrenamiento adecuado.

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