De los Pensamientos al Ordenador

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Emiliano Pontoriero

 

Desde hace varias décadas el sueño de poder controlar las máquinas simplemente con solo pensarlo ha sido objeto más de la ciencia ficción que de la realidad.

Lo curioso del asunto es que desde hace varios años existen dispositivos en el mercado capaces de leer señales cerebrales y enviar esos datos a ordenadores y más recientemente también a tabletas y móviles.

Estos dispositivos son conocidos con el nombre de EEG headsets, o cascos de electroencefalograma y consisten en sensores puestos sobre la cabeza que capturan las variaciones eléctricas de diferentes zonas del cerebro.

El cerebro es un órgano electroquímico en el que la comunicación entre las neuronas se realiza a partir de la transmisión de señales eléctricas. Estos sensores entonces miden los cambios de esos patrones eléctricos y cómo reacciona cada zona de cerebro en cada momento.

Cada actividad, pensamiento o acción que realizamos genera patrones de flujos eléctricos particulares que pueden ser capturados por estos sensores para su análisis.

La razón por la que estas tecnologías han permanecido bastante ocultas al conocimiento general hasta ahora, ha sido justamente por los problemas asociados a comprender los datos capturados por estos sensores. Concretamente el poder entender qué patrones de variaciones eléctricas se corresponden a qué pensamientos, lo cual es y sigue siendo el mayor reto, aunque se han estado logrando importantísimos avances en los últimos meses.

 Estos avances se están permitiendo gracias a los servicios de inteligencia artificial en la nube. Dichos servicios a los que a día de hoy cualquier desarrollador con conocimientos puede tener acceso, comienzan a ser la herramienta ideal para entender la complejidad en los patrones de variaciones eléctricas del cerebro. De esta manera, la comprensión de las señales comienza a cobrar sentido, lo cual está permitiendo convertir los resultados de estos análisis en órdenes generadas casi en tiempo real y dirigidas a ordenadores, robots y hasta drones.

Uno de los primeros ejemplos de esto son aplicaciones como las desarrolladas en la universidad de Tübingen (Alemania) por el doctor Niels Birbaumer, las cuales están permitiendo que pacientes con esclerosis u otras enfermedades neurodegenerativas puedan comenzar a comunicarse a nivel básico con sus seres queridos con una exactitud superior al 70%.

Las interfaces cerebro-máquina han comenzado una etapa de evolución imparable gracias a los avances en el procesamiento y la comprensión de los datos de los sensores cerebrales. Un logro más de la democratización del acceso a la inteligencia artificial en la nube. Recursos antes disponibles solamente a entornos de investigación muy cerrados y que hoy en día se están convirtiendo en la base de la nueva tecnología que está por venir.

¡Hasta el próximo post!

 

 

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