La palabra más difícil

"El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió" (Madre Teresa De Calcuta) 

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Patricia Lanza

 

Como decía Elton John: "Sorry seems to be the hardest word". Y es que nos cuesta horrores reconocer que hemos metido la pata, pero más difícil aún es pedir perdón. A nuestro ego le puede el orgullo y pedir disculpas parece un acto que pone en evidencia la rotura en mil cachitos de la imagen que nos habíamos forjado de nosotros mismos.

Sin embargo, la disculpa es un elemento clave en la gestión de los conflictos y la mejora de las relaciones interpersonales, tanto en el ámbito personal como en el laboral.

Si ha surgido un conflicto, la falta de una disculpa por parte de quien ha sobrepasado ciertos límites puede generar una desconfianza difícil de superar. Ni el tiempo puede curar esa herida. Además, si la culpa nos corroe, no sólo se está poniendo en riesgo la relación, también nuestro bienestar personal. Por lo tanto, una buena disculpa no sólo tiene el poder de liberarnos, sino también de incrementar la confianza en el otro para forjar una relación más sólida.

El tema es que no todas las disculpas son iguales. Según un grupo de investigadores de la Ohio State University y la Eastern Kentuky University de Estados Unidos, liderado por Roy Lewicki, para que una disculpa sea convincente debe incluir 6 elementos:

  • Una expresión de pesar
  • Una explicación de qué se hizo incorrectamente
  • Un reconocimiento de responsabilidad
  • Una declaración de arrepentimiento
  • Una oferta de reparación
  • Una petición de perdón

De este modo, si realmente queremos disculparnos, cuantos más de estos elementos incluyamos, mejor. Y debemos tener en cuenta que no todos estos aspectos tienen la misma relevancia a la hora de convencer a la otra persona de la sinceridad de nuestra disculpa. Según Lewicki, el componente más importante es reconocer nuestra responsabilidad. Por el contrario, una simple petición de perdón tiene poco valor en sí misma frente a la otra persona, que desconfiará de nuestros verdaderos motivos.

De todos modos, un aspecto también fundamental que va a jugar un papel en la credibilidad de nuestra disculpa va a ser nuestro lenguaje no verbal. Hay que recordar siempre que tiene más verosimilitud lo que se transmite a través de nuestros gestos que lo que decimos verbalmente.

En cualquier caso, si eres capaz de dar el paso de pedir perdón, habrás avanzado mucho. Como decía Alejandro Casona: "Perdón es una palabra que no es nada, pero que lleva dentro semillas de milagros".

 

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