Jornada intensiva: ¿una opción rentable?

En estas fechas estivales parece que todo se pone en contra del trabajo: el calor, el comienzo de las vacaciones para algunos, los niños sin colegio... El caso es que ante esta situación, muchas empresas optan por la jornada intensiva. ¿Es una buena opción?

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Patricia Lanza

Como en todo, encontraremos firmes defensores y grandes detractores. Veamos algunas de las principales ventajas y desventajas de esta opción.

Ventajas de la jornada intensiva

  • Incrementa la motivación: el hecho de tener más tiempo para sí mismo, su ocio y su familia, incrementa la motivación del empleado. Seguramente esta es el principal motivo de que resulte más eficaz.
  • Mejora la planificación: las personas optimizan más su tiempo, centrándose en planificarse mejor para asegurar que van a poder disfrutar de su descanso.
  • Favorece la implicación con la empresa: los trabajadores sienten que la organización se preocupa por sus necesidades y son más proclives "a dar también algo a cambio".
  • Reduce el estrés: más tiempo libre y la posibilidad de disfrutar de actividades placenteras ayuda a reducir el estrés, que estaba repercutiendo negativamente.
  • Evita las horas más complicadas para el organismo: las tardes estivales son muy calurosas y la tendencia a sentirse aletargado y cansado es mayor, por lo que resulta difícil trabajar. Serían momentos de poca productividad.
  • Facilita la conciliación: sobre todo ahora que no hay colegios, resulta complicado conciliar vida laboral y familiar. Tener la tarde libre resulta vital para mucha gente.
  • Favorece la desconexión: las tardes fuera del trabajo permiten que la mente se "libere" de las preocupaciones laborales. Cuando las jornadas se alargan, la vida muchas veces se convierte en salir del trabajo para ir a dormir a casa y volver de nuevo a la mañana.
  • Disminuye el número de accidentes y el absentismo: decrementan hasta un 10% cuando las personas están más descansadas y tienen tiempo para sus asuntos personales.
  • Reduce los costes: la factura eléctrica y de agua disminuye. El trabajador también lo nota en su bolsillo si se evita los desplazamientos para comer y/o el menú del mediodía.
  • Simplifica la coordinación de horarios: en fechas en las que mucha gente está de vacaciones, no tener que cubrir determinados puestos por la tarde evita complicaciones.

En resumen, aumenta la productividad y reduce costes. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, más horas en la oficina no es sinónimo de más productividad. Por el contrario, los estudios demuestran que los trabajadores resultan más productivos cuando disfrutan de jornada intensiva. Todos los factores anteriores influyen muy positivamente en el rendimiento. Así, aunque se trabajen menos horas, éstas resultan más productivas. A veces menos es más.

 

Los "contras"

Pero como no hay nada blanco o negro, hay personas que están en contra de esta medida. Las razones principales son:

  • No se atiende a los clientes por la tarde, por lo que se pueden perder ventas o los clientes pueden sentirse enfadados por no tener la posibilidad de resolver sus incidencias.
  • Se mantiene la imagen de que "en España no se trabaja".

Si bien estas razones pueden ser de peso, creo que las ventajas sobrepasan a los inconvenientes y, en cualquier caso, existe la posibilidad de buscar alternativas para reducir el posible impacto negativo que pueda causar.

Tanto es así, que muchas empresas están introduciendo esta jornada a lo largo de todo el año, por las ventajas que han visto que reporta. Ejemplo de esto lo tenemos en Iberdrola, que lo ha implantado con un horario de 7.30 de la mañana hasta las 15.30 horas, siempre con una horquilla de entrada o salida de unos 20 minutos.

Está claro que la gran batalla de este país es entender que más horas en el puesto de trabajo no suponen más rendimiento. Y  la gestión por objetivos sigue siendo nuestra gran asignatura pendiente.

 

 

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