Leyes de la estupidez humana

En "Las leyes fundamentales de la estupidez humana" Carlo Cipolla analiza de forma satírica el comportamiento, abundancia y peligro que representan los individuos estúpidos.

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Nuria Fernández López

Einstein decía: Sólo existen dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana, y no estoy totalmente seguro de lo primero.

En 1988 el historiador económico Carlo Cipolla, en su obra titulada "Allegro ma non troppo", formuló su Teoría satírica sobre la Estupidez Humana en la que establece una serie de leyes fundamentales.

Leyéndolo y transcendiendo el tono satírico del que se impregna la obra, uno no deja de pensar aún con una media sonrisa en los labios, "cuando de  verdad encierras sus leyes".

Aquí os dejo estas ingeniosas leyes, aunque seguramente cada uno de nosotros podríamos incorporar alguna fruto de nuestras propias experiencias. Cuánto de acertadas o no las consideremos dependerá con seguridad de nuestra propia historia personal y de los encuentros/encontronazos que hayamos vivido con otros miembros de nuestra propia especie.

1º. Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo".

A diario nos encontramos con individuos estúpidos que entorpecen y obstaculizan nuestra actividad, apareciendo de improviso e inesperadamente en los lugares y en los momentos más inoportunos.

La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona".

Según el autor de la teoría que realizó diversos estudios demográficos la estupidez no está relacionada con características como: sexo, edad, culturas, razas, etc, encontrando las mismas proporciones de personas "estúpidas" en todos los estamentos.

:"Una persona estúpida es una persona que causa daño a otra o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio".

Cipolla hace una clasificación de las personas, en relación a esta ley, según los beneficios y perjuicios que las personas se causan a si misma o a otros.

  • Incautos: son aquel tipo de personas que siempre acaban beneficiando a los demás y perjudicándose a sí mismos.
  • Inteligentes: estarían en este grupos los que con sus acciones benefician a los demás y a sí mismos, lo que no quita que en algún momento puedan comportarse como incautos o malvados.
  • Malvados: son fáciles de identificar. Perjudican a los demás y se benefician a sí mismos, en la mayaría de las ocasiones los beneficios que obtienen son inferiores, al daño que causan. Así mismo puede haber malvados inteligentes y también estúpidos.
  • Estúpidos: como ya hemos comentado son los que con sus acciones causan daño a los demás y a sí mismos.

4ª "Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error".

En muchas ocasiones resulta sorprendente ver como las personas malvadas e inteligentes sucumben a las acciones de los estúpidos. Según Cipolla esto se debe a que tanto unos como otros comenten el error de abandonarse a la autocomplacencia o al desprecio en lugar de tratar de prepararse para defenderse.

5ª: "La persona estúpida es el tipo de persona más peligroso que existe. El estúpido es más peligroso que el malvado".

Tal vez esta sea la más conocida de las leyes sobre la estupidez humana.

Según Cipolla las personas estúpidas son capaces de provocar graves consecuencias a quienes les rodean y en un momento determinado también a las sociedades a las que pertenecen.

Para Cipolla las relaciones con una persona estúpida son siempre difíciles ya que cuesta entender las razones de su comportamiento. Las acciones de una persona malvada entran dentro de un modelo de racionalidad, beneficiarse a si mismo a consta de lo que sea, podemos no compartirlo pero podemos preverlo y de alguna manera intentar defendernos o estar preparados, cosa que no ocurre con una persona estúpida. El hecho de que las acciones de una persona estúpida sean impredecibles hace que resulte muy difícil estar preparado para reaccionar.

Según Cipolla la capacidad de hacer daño de la persona estúpida depende de dos aspectos fundamentales: de la genética y de su posición de poder o influencia.

 

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