La clave está en la actitud.

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Nuria Fernández López

Cuando afrontamos una situación que podemos denominar "problema", puede servirnos de ayuda pensar previamente en qué lugar está nuestra capacidad de control e influencia sobre ella. A grandes rasgos y reduciéndolo a lo elemental, podemos situar a los problemas que afrontamos en nuestro día a día en una de éstas tres categorías:

  • problemas sobre los que podemos ejercer un control directo y que involucran nuestra propia conducta. Los problemas de control directo al estar dentro de nuestro círculo de influencia se resuelven normalmente poniendo de nuestra parte conocimientos, estrategias, habilidades y recursos varios.
  • problemas con un control indirecto que involucran la conducta de otras personas. Los problemas de control indirecto implican a terceros y se resuelven enfocando nuestros métodos de influencia hacia las demás personas. Para potenciar nuestra capacidad de influencia sobre la solución, es vital trabajar habilidades como la empatía, la negociación, la persuasión, aunque por lo general, en la solución de problemas que implica a terceros, manejamos pocos métodos de influencia, tendemos más a empezar por el razonamiento y si este no funciona pasamos a la lucha/confrontación.
  • problemas con un control inexistente, problemas acerca de los cuales no podemos hacer nada. En el caso de los problemas de control inexistente, los más complicados de manejar, el mayor esfuerzo se dirige a modificar las propias actitudes, ya que la posibilidad de influencia y control está fuera de nuestro alcance. La clave, sin duda alguna, la más difícil de adquirir, radica en aceptar y aprender a vivir con esa realidad, centrándonos en aquello sobre los que sí tenemos control sea cual sea el caso, nuestros pensamientos.

Muchos habréis leído el libro "El hombre en busca de sentido" de Víctor Frankl. En el relata las difíciles circunstancias que le toco vivir en los campos de concentración nazis en los que perdió a toda su familia en las cámaras de gas. Fue como os podréis imaginar víctima de todo tipo de humillaciones, torturas y sufrimientos difícilmente imaginables.

 

El mismo relata como cambió su vida el día que decidió que sí podría ejercer control sobre ella a pesar de las circunstancias, que este control estaba en su interior, en la forma en que decidía como le afectaban sus circunstancias vitales, en última instancia tenía la libertad interior de elegir sobre su propia vida.

 

Este cambio de actitud y la libertad interior que experimentó a partir de ese momento muy probablemente fueron factores determinantes en que consiguiera sobrevivir y sobreponerse a una experiencia vital tan extrema.

 

En una situación de indefensión absoluta consiguió encontrar la luz y la fuerza, en su determinación para decidir qué le afectaba y que no.

 

"Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce sufrimiento, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento." Víctor Frankl.

Para mí, el mejor pensamiento que resume de una forma muy clarificadora como afrontar problemas de control inexistente.

 

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