Ahora las emociones si importan.

La situación que estamos viviendo está suponiendo un gran impacto psicológico para todos.

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Nuria Fernández López

En el contexto de las organizaciones, hablar de emociones, resultaba hasta hace no mucho tiempo algo un tanto sensible. Hecho curioso se mire por donde se mire, ya que somos emoción ante todo. La actual situación que estamos viviendo, lamentablemente, nos lo ha puesto claramente de manifiesto. Ahora ya sí hablamos abiertamente de malestar emocional, ansiedad, estrés, miedo, angustia, pánico, etc., sin complejos. Esto, no es ni malo ni bueno, es la realidad transparente sin la contaminación de otras circunstancias y hechos.

Lamentablemente, son las situaciones extremas o extraordinarias las que nos permiten ver las verdaderas esencias con nitidez.

Por otro lado, es muy posible que no estemos acostumbrados a centrarnos en lo que sentimos, y este mismo hecho nos produzca una cierta inseguridad. Añadido que la circunstancia misma es tan excepcional, que puede provocar emociones nunca antes experimentadas.

Gran parte de las recomendaciones que nos llegan por múltiples vías y canales, están dirigidas a promover un adecuado afrontamiento psicológico, que posibilite un estado de ánimo que propicie actitudes resilientes.

Por tanto, además de las medidas preventivas que nos recomiendan las autoridades sanitarias, no podemos perder de vista la dimensión emocional. Tenemos que cuidarnos para poder regular de manera adecuada el conjunto de emociones que nos genera esta extraordinaria situación.

Algunos de los tips básicos que pueden ayudarnos en este sentido son:

  • Reconocer y aceptar lo que sentimos, intentando ponerle nombre y hasta cara. Esta situación es nueva para todos, en normal sentir cosas nuevas y pasar por varios estados emocionales de diversa naturaleza. Permitámonos sentir y expresar nuestras emociones.
  • Intentar distraer nuestra mente para no entrar en un bucle obsesivo de búsqueda de información. Este tipo de comportamientos hacen que la sensación de inseguridad y vulnerabilidad crezca de forma exponencial, igual que la ansiedad. No es conveniente que estemos las 24 horas del día pendientes de las noticias, el exceso de información puede provocar saturación y desgaste mental.
  • Buscar provocar emociones positivas llevando a cabo actividades que nos hagan sentir bien: ver películas, escuchar música, leer, hablar con otras personas, etc.
  • Establecer, aunque sea breve, una rutina física, es fundamental no solo para nuestro cuerpo, sino también para nuestra mente.
  • Practica Mindfulness. La situación actual dado el grado de impredecibilidad, es la ideal para practicar disciplinar nuestra mente en el "aquí y ahora".
  • Intentar detectar comportamientos que tenga un cierto nivel de compulsividad, en compras, limpieza, control, y tratar de llevarlos hacia lo razonable.
  • Establecer rutinas. Es fácil que la situación nos lleve a un cierto nivel de desorganización de nuestros hábitos de sueño, alimentación, es importante evitar los comportamientos anárquicos lo más posible, ya que solo provocarán más desequilibrio.
  • Pedir ayuda cuando entendemos que algo nos supera. Tendemos a sentir vergüenza y pensar que el control debe estar en nosotros, no es así. Expresar lo que sentimos, dejarnos ayudar y aconsejar es tan importante como cualquiera de las recomendaciones previas.

¡Animo a todos! Todos somos novatos y tenemos mucho que aprender en la gestión emocional de una situación como la que vivimos.

 

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