Temer más a la vida que a la muerte.

En esta semana tenía previsto escribir un post continuación al de la semana anterior sobre el concepto de  "empowermet", pero uno de los reportajes del programa "Informe Semanal" del sábado por la noche llamó mi atención, así que he decidido cambiar el tema.

El reportaje comenzaba facilitando el dato de que la primera causa de muerte violenta por encima de los accidentes de tráfico y los laborales es el suicidio. "Más de tres mil personas al año, nueve cada día, y  se sabe que por cada una que lo consigue hay otras treinta que lo intentan. Un millón de muertos al año en el mundo según la OMS". Me sorprendió muchísimo conocer que hay tantas personas que voluntariamente deciden quitarse la vida. Y sobretodo me sobrecogió pensar en el intenso sufrimiento que les lleva a tal decisión.

Las causas del suicidio no se conocen pero los trastornos mentales,  consumos de tóxicos, enfermedades dolorosas o incapacitantes y las rupturas afectivas suelen citarse como factores de riesgo.

Otro dato sorprendente, las tasas de suicidio son estables en todos los países, ninguno ha conseguido reducirlas a pesar de los grandes avances experimentados en muchas áreas, las tasas de suicidio parecen no disminuir.

Lo que si se ha constatado, es que tras el suicido hay un fuerte sufrimiento, una gran angustia vital, un miedo terrible a seguir viviendo del mismo modo, y posiblemente un sentimiento, o en muchos casos una realidad objetiva, sobre todo en aquellos suicidios vinculados a enfermedades crónicas,  de indefensión, de derrota, que lleva a ver como única alternativa posible la propia muerte.

En el reportaje, una psiquiatra aportaba la idea de que el suicidio es todo menos un ejercicio de libertad, como en muchas ocasiones hemos oído. Las personas que se suicidan tienen tras de sí un largo camino recorrido de un intenso sufrimiento.

Esta misma psiquiatra recomendaba como primera medida ante la idea suicida, no negarlo, preguntar el porque, cuándo, cómo. La actitud de mirar hacia otro lado  cuando el problema desborda nuestra capacidad de afrontamiento, también está en el trasfondo de este problema.

Otro dato demoledor, al menos un 15% de las personas que acuden a un centro de salud han pensado en el suicidio. Lo que quiere decir, que probablemente a nuestro alrededor, haya personas que han valorado la idea del suicidio como una vía de solución ante el sufrimiento intenso que experimentan.

Un pensamiento que me surge, es cómo la terrible situación actual estará afectando a muchas personas que se sentirán impotentes y en muchos casos sin salida. Existen evidencias empíricas de la correlación positiva entre recesiones económicas,  paro y suicidios, la desesperación por el desempleo, la incertidumbre  y el pánico ante el futuro están en la base de este hecho. Yo todavía conservo en mi memoria, supongo que por el impacto emocional que eso supone en un niño, el recuerdo de un vecino que se suicidó a raíz de perder el trabajo, dejando dos niños todavía más pequeños que yo en aquel momento.

Parecen que ya hay algunos datos que apuntan a un incremento de hasta un 16% de la tasa de suicidios en la UE desde el 2008.

"Dicen los expertos que el suicidio no es un problema de libertad sino de sufrimiento. Un dolor intolerable que nos lleva a temer más a la propia vida que a la muerte".

 El ser humano ha conseguido grandes avances, ha llegado a muchos lugares y superado grandes obstáculos, pero lo que sigue igual posiblemente desde el principio de los tiempos, es la dificultad para gestionar y manejar la incertidumbre y sobre todo afrontar el dolor.

Reportaje Informe Semanal 14 de abril 2012